El museo como esfera democrática y espacio-laboratorio ciudadano. (Artículo)
Recuperamos un texto del 2014 sobre la revisión de la crítica institucional, las posibilidades del trabajo de expansión, desborde de la institución museo como espacio -laboratorio ciudadano. Todo ello también repensando la práctica que desarrollamos de Translab Amarika.
RESUMEN
Conocido es que el museo moderno se diseño como dispositivo de educación durante finales del XVII. Como tal, constituye un motor de formación cívica donde se refrendan diversas disciplinas como la antropología, las ciencias naturales o la historia del arte. Es, siguiendo las palabras de Tony Bennet , un laboratorio cívico de subjetividades, objetos culturales y regulación social. El museo se fundamenta en su función de ser un espacio de control social y cívico, tal como fueron los hospitales o las escuelas, siendo por tanto el estandarte y guardián de la educación cívica de la sociedad moderna decimonónica burguesa y europea. La importancia del museo moderno radica en un proyecto estético y de regulación cívica: objetos y colecciones median y generan una comunicación con los públicos mediante su organización según las disciplinas y estudios modernos que asesoran y atesoran nuestro “progreso” occidental. Promueven un avance del saber moderno y nuevos regímenes de verdad, hecho que supone una estructura de interpretación, control y salvaguarda de los valores metropolitanos y coloniales de esa época. El museo, y alguno de los paradigmas básicos heredados de la modernidad crítica e internacional (el white cube), responde a un proyecto continuado de gobernabilidad social y cívica materializada en un proyecto estético de política cultural muy concreto..
Texto original:
Collados Alcaide, Antonio & Rodrigo, Javier. (2014) “El museo como esfera democrática y espacio-laboratorio ciudadano”. Año 2014, Número 5. Imago critica. Proyecciones futuras de optimismo antropológico. pp 41-68. DESCARGA AQUI